Durante dos días, el 5 y 6 de abril, IFEMA dejó de ser IFEMA. Scrapworld es más que una simple feria de moda urbana o un evento. Fue un experimento en el que las marcas juegan con la creatividad y construyen narrativas con sus stands.
Y en uno de esos laboratorios, concretamente en el más rojo, salvaje y vivo de todo Scrapworld, Tattoox montó su centro de operaciones junto a Coldculture. Había probetas y microscopios, pero sobre todo había agujas, flashes y piel dispuesta a mutar. Dentro de esas cabinas de cortinas tintadas de rojo, trabajaban nuestrxs científicxs: @zepa.ttt, @galgo.canalla, @nando.diablo_, @xeniaorti, @ayer_agustin y @nona.tatt.
Unxs venían por curiosidad, otrxs porque querían llevarse un recuerdo de Scrapworld tatuado para siempre. Y GOA o FísicaMR, que ya son amigxs, para saludar —y tatuarse. Este año el Scrapworld era todavía más bizarro por la cantidad de outfits experimentales que vimos, una fórmula extraña de moda, cultura y autoexpresión.
Fuera de nuestro laboratorio, la música no paraba. El Bugg, Metrika, Raul Clyde, BB Trickz, Mvrk, John Pollón, C Marí, RVFV, Midas Alonso, Disobey, Sticky M.A., Albany, Camin… artistas que convirtieron Scrapworld en una fiesta. Mientras ellxs hacían lo que se hace en los escenarios, nosotrxs tatuábamos y nos preparábamos para el after junto a Coldculture.
Cuando se clavó por última vez la aguja y sonó el último bombo, la conclusión del experimento estaba clara:
Hoy, la moda y el tattoo son aliadxs. Se inspiran mutuamente, se retroalimentan, se necesitan. Porque lxs dos forman parte de la identidad individual de cada unx.
La calle ya no entiende de géneros separados: viste lo que llevas puesto… y también lo que llevas tatuado.
En Scrapworld 2025 vimos cómo el tattoo es ya parte de la evolución natural de la moda urbana. Y Tattoox estuvo ahí, no como testigo, sino como parte activa del experimento.