YAICLAEVA: Tradición o rebeld-ia

El tatuaje: arte imperecedero

Yaiclaeva, mejor conocido como Yaic, es una figura singular en el mundo del tatuaje, en donde ahora mismo, la tradición y la innovación tecnológica se encuentran en constante tensión.

Él mismo nos lo cuenta:

Para Yaic, el tatuaje sigue siendo una artesanía. En un momento donde se debate el impacto de la inteligencia artificial en el arte, él cree firmemente que la IA no reemplazará el tatuaje como tal, pero podría alterar la manera en que los artistas crean sus diseños. La tecnología, en lugar de potenciar la creatividad, podría fomentar la pereza artística.

Y es que para Yaiclaeva, esa es la esencia del tatuaje, una forma de expresión que radica en una conexión humana y artesanal.

Este tatuador, divide su cuerpo con dos tipos de tatuajes: un lado negro y otro colorido. Nos cuenta que encontró en el tatuaje no solo un trabajo, sino una vía de escape ante un cuadro de ansiedad que experimentó en su juventud. Antes de dedicarse al tatuaje, Yaic se expresaba a través de la danza, una disciplina que abandonó tras más de una década. Cuando el arte de la aguja y la tinta apareció en su vida, supo que había encontrado su nuevo lenguaje, un medio que le permitía transformar el dolor en belleza y emplear el contraste como el elemento troncal de su estilo: es lo que genera impacto y deja huella.

Otro tema sobre el que Yaiclaeva reflexiona es el de las modas en el tatuaje. Aunque considera que muchas de ellas son pasajeras, no las descarta por completo. De hecho, él mismo se ha tatuado el estilo cibersigilista, una tendencia actual, no porque esté de moda, sino porque genuinamente le gusta. Para Yaic, lo importante es que el tatuador se mantenga fiel a sus propias preferencias y no a lo que dictan las corrientes. «No busco un ideal o una persona idealizada. Me inspiro en las personas que me rodean y en lo que me hace sentir bien», asegura.

A su parecer, el tatuaje no radica en el resultado inmediato, sino en cómo envejece con el tiempo. Esto lo lleva a señalar la gran diferencia entre la vieja escuela y la nueva generación de tatuadores. Mientras que los primeros se enfocaban en que los tatuajes resistieran con dignidad el paso del tiempo, las nuevas tendencias parecen más preocupadas por crear estilos visualmente atractivos, sin tomar en cuenta el desgaste natural del cuerpo. A pesar de esto, Yaic se mantiene firme en su creencia de que ambas generaciones tienen algo valioso que ofrecer. «Yo quiero ser inteligente y quedarme con lo bueno de los dos lados», afirma, marcando su propio camino.