11 Feb 2025

Tristan Weigelt: ¿Cuál es el precio de uno de los mejores bodysuit?

Escrito por Max Gil
tristan weigelt

Cuando piensas en unx tatuadorx con un bodysuit completo, la cara tatuada y hasta un dick sleeve, seguramente imaginas a alguien que solo tatúa diseños agresivos y oscuros. Pero en el caso de Tristan Weigelt, la historia es completamente distinta. Este tatuador danés, que lleva más de 275 horas bajo la aguja, no solo ha cubierto su cuerpo con una combinación de tradicional japonés y bioorgánico, sino que su propio trabajo como artista se aleja completamente de esta estética extrema. Weigelt se especializa en fineline y tatuajes minimalistas, un contraste brutal con su imagen de «villano cyberpunk».

Pero si algo ha aprendido en su camino es que el tattoo es mucho más que una cuestión de apariencia.

La obsesión por el bodysuit: de un brazo a la cara

Todo empezó cuando vio un sleeve japonés en un compañero de instituto. Se pasó dos años investigando sobre estilos y artistas antes de decidirse por su primer tatuaje: una manga entera en su brazo izquierdo. Pero lo que en principio iba a ser un diseño aislado, acabó convirtiéndose en un compromiso total con el concepto del bodysuit japonés tradicional.

Después del brazo, vino la espalda, las piernas, el pecho y, con el tiempo, incluso la cara. Pero la transformación no fue planeada desde el principio. Weigelt cuenta que su tatuador dejó el proyecto a medias y tuvo que decidir si continuaba con otro artista de japonés o si aprovechaba para experimentar con otros estilos. La respuesta fue clara: mezclar su Irezumi con tatuajes bioorgánicos y texturas futuristas, cubriendo incluso su cabeza y genitales.

¿Cuánto cuesta tatuarse todo el cuerpo?

El precio de un bodysuit de este nivel no es para cualquiera. Tristan calcula que ha gastado más de 40.000 euros en tatuajes y ha pasado 275 horas bajo la aguja. Para financiarlo, tuvo que pedir un préstamo de 4.000 euros cuando era estudiante, algo que no recomienda hacer a nadie.

El coste no solo es económico, sino también físico y mental. Durante años, su vida giró en torno a la recuperación de sesiones interminables. “Te pasas meses escamando, con dolor, sanando, y cuando terminas un área, ya estás listo para la siguiente”. Weigelt reconoce que conseguir un bodysuit no es divertido, es trabajo.

tristan weigelt
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Tatuarse la cara: ¿decisión o accidente?

Uno de los aspectos más impactantes de su transformación es su cara completamente tatuada. Pero esto no era parte del plan original.

Todo comenzó con su cabeza, y su tatuador intentó dejar un corte limpio en la línea del cabello. Pero al ver el resultado, Weigelt sintió que el diseño no fluía bien. Primero añadió los pómulos, luego la frente, después la barbilla… hasta que ya no quedó espacio sin tinta.

El proceso fue improvisado, pero el resultado es coherente y sorprendentemente equilibrado. La diferencia es evidente cuando se compara con otros casos de tatuajes faciales más caóticos. El suyo está planificado dentro de una estética bioorgánica, más cercana a la ciencia ficción que al caos visual.

Pese a todo esto, a día de hoy está eliminando con láser su tattoo facial.

Ser tatuador con un look extremo

A pesar de su imagen de personaje sacado de un videojuego cyberpunk, Tristan se dedica a tatuar líneas finas y diseños delicados. Un contraste radical que muchas veces sorprende a sus clientxs. Su técnica requiere máxima precisión, algo que no encajaría con la estética de su propio cuerpo.


tristan weigelt
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También ha descubierto que su look es un filtro natural en las relaciones:

En Dinamarca, su apariencia le ha cerrado más de una puerta… literalmente. Las leyes del país prohíben a los tatuadores hacer tattoos en manos, cuello y cara, lo que ha obligado a Weigelt a viajar a Suecia para completar su proyecto. También le han negado la entrada a bares, restaurantes e incluso convenciones.

¿Qué viene después de tatuarse todo el cuerpo?

Con el cuerpo cubierto, su próximo paso no será un nuevo tatuaje, sino probablemente eliminar algunos detalles con láser. Ha considerado modificar ciertas partes de su cara para dejar más piel natural visible, pero por ahora está cómodo con el resultado.

Eso sí, si algo ha aprendido de su viaje es que el tattoo no tiene por qué ser una búsqueda infinita de espacio para más tinta. Como tatuador, ahora encuentra satisfacción poniendo tatuajes en otros cuerpos en lugar de seguir añadiéndolos al suyo.

Para alguien que ha vivido en carne propia el proceso de transformación más extremo, el tattoo sigue siendo un medio de expresión y experimentación.

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