Fecha creación: 03 Jul 2025

El tatuaje quinqui en la España de los 80 y 90

Escrito por Max Gil
tatuaje quinqui

En la España de los años 80, creció una generación marcada por la pobreza, la heroína y la falta de oportunidades. Jóvenes de barrios humildes que vivían al límite y que fueron conocidxs como quinquis. Robaban coches, cometían atracos menores y desafiaban a la autoridad. También llevaban tatuajes.

El término quinquillerx venía de quienes vendían quincalla en mercadillos: objetos pequeños y baratos como tijeras, dedales o cadenas. Pero a lxs chavales de los 80 les llamaba mas la atención la heroína y el dinero rápido que la quincalla.

La estética de la marginalidad

El llamado cine quinqui retrató con crudeza esa realidad. Directores como Eloy de la Iglesia (Navajeros, El Pico) o José Antonio de la Loma (Perros Callejeros) utilizaron en sus películas a chavalxs de la calle, a esos mismos que salían en los periódicos por delinquir.

Además de la acción, las persecuciones y la rumba, las pelis tenían una estética muy genuina. Ropa vaquera, ajustada, camisetas de tirantes, cadenas… y tatuajes. Todos ellos mal hechos, con tinta de boli y agujas improvisadas. Y por eso quedaban en ese tono azul verdoso.

Esa fue de las primeras veces que se veían tatuajes reales en el cine español. En un país donde la tinta todavía era cosa de presidiarixs, legionarios, prostitutas o marinerxs, lxs quinquis la visibilizaron por primera vez.

Fotografías extraídas de @editorial_la_felguera

Iconografía del tatuaje quinqui

Entre los tatuajes más comunes de la época estaba el “Amor de madre”. Mas que una apuesta estética era una forma de mostrar que, pese a todo, lxs quinquis tenían sentimientos. La madre era casi siempre la única figura estable en sus vidas.

El Torete, protagonista de Perros Callejeros, lo llevaba en el brazo. También El Vaquilla, otro icono quinqui, llevaba otro tatuaje que decía “En mis años hera el rey del volante”, falta ortográfica incluida.

Otro motivo habitual era el corazón sangrante o atravesado por una daga. Representaba el dolor, la traición, o simplemente una vida vivida al límite. También había tatuajes con lágrimas, nombres, fechas o mensajes dedicados.

En el entorno carcelario, uno de los más conocidos era el de los cinco puntos. Cuatro formando un cuadrado y uno en el centro. Representaba las cuatro paredes de la celda y el preso en medio. Aparece en Navajeros, cuando El Jaro lo enseña y su amante le pregunta por su significado. Su respuesta fue “Muera la policía y arriba la golfería”.

Este tatuaje se popularizó tanto que algunxs se lo hacían sin haber pisado la cárcel, solo por aparentar estatus.

tatuaje quinqui
tatuaje quinqui

La primera fotografia ha sido extraida de Reddit. El resto son de Paco Elvira.

Lo quinqui como símbolo

A finales de los 80, el fenómeno quinqui decayó. Muchxs protagonistas murieron por sobredosis o acabaron cumpliendo largas condenas. Y con los cambios urbanísticos de los 90, como los Juegos Olímpicos del 92, también desapareció parte de esa cultura callejera.

Pero la estética no se borró. Ni los tatuajes. En los 90 y 2000, con la normalización del tattoo, muchas de esas imágenes volvieron. Y lo que antes daba miedo pasó a considerarse auténtico.

Artistas como El Coleta o PXXR GVNG han recuperado parte de ese legado. Con referencias en sus letras, sus vídeos y su estética. El tatuaje quinqui, que antes marcaba tu exclusión social, ahora es parte del archivo visual del país.

Lxs quinquis fueron marginales, pero también fueron personas reales de carne y hueso. Y aunque muchxs no dejaron libros ni entrevistas, dejaron una estética que aún perdura. Y en homenaje a ellos lanzamos nuestra nueva coleccion de ropa 49cc con un evento en el que podras revivir esta epoca y sacar a tu quinqui interior.

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29 Ago 2024
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autor revista tattoo
Escrito por:
Publicista tatuado especializado en conceptualización, redacción y caza de moscas