¿Enmarcarías tus tatuajes para colgarlos en la pared de casa?
Hay diseños tan chulos que daría pena enterrarlos bajo tierra al morir su portadorx…
Y por eso han inventado los tattoos postmortem.
Save my Ink Forever, una empresa de Ohio, conserva los tatuajes de la gente al fallecer y los transforma en arte eterno.
Su objetivo es crear un memorial para —según lo que ellos mismos cuentan– asegurar que el espíritu y el legado de sus seres queridos puedan permanecer para las generaciones venideras. Esta nueva forma de honrar la memoria de un ser querido cada vez es más común en las familias de los EU, el Reino Unido y Canadá.
Cuando la empresa recibe la petición de preservar un tatuaje, envían un pack de materiales para que en la funeraria puedan extraerlo y les hacen una pequeña formación para que ellxs se encarguen de llevar a cabo el proceso. Una vez extraído el diseño, se manda a Ohio para lavarlo y coserlo a un lienzo, colocándolo sobre un cristal ultravioleta para que no lo pueda dañar el sol. El precio de este servicio oscila entre los 1700€ por un tattoo pequeño hasta los 120.000€ para un bodysuit entero.
Puede parecer una locura estadounidense más, pero no: esta práctica viene de años atrás, en la otra punta del mundo. Fukushi Masaichi fue un doctor japonés que coleccionó hasta 2.000 tatuajes provenientes de cadáveres. A principios del s.XX, el doctor trabajaba en un sector del hospital de Tokio donde se atendía a personas en situación muy vulnerable. Masaichi comenzó a interesarse por los tatuajes cuando supo que la tinta inyectada en la piel acababa con algunas lesiones dérmicas provocadas por la sífilis.
A menudo se dedicaba a hacer las autopsias de lxs fallecidxs, y ahí fue cuando empezó a aprovechar el momento para arrancar él mismo las pieles de las personas tatuadas. Sus pacientes estaban totalmente de acuerdo con esa intrusión una vez muertos. De hecho, el médico incluso llegó a pagar a varias personas con tattoos inacabados para que se los terminarán antes de morir, para así poder añadirlos a su colección años después.
Actualmente se conservan 105 cuadros de tatuajes en la Universidad de Tokio, pero —muy a nuestro pesar— no es posible verlas a no ser que seas unx doctorx o investigadorx y pidas cita previa. Aunque este no es el único centro donde tienen almacenadas colecciones de cuadros de tinta sobre pieles muertas… Se pueden encontrar ejemplares de tatuajes marineros en el museo de la cirugía de Edimburgo y otras colecciones en Lisboa, Berlín o Londres.
Sin duda se trata de una técnica que no deja indiferente a nadie, y abre el debate entre los que la consideran una forma bonita de recordar un ser querido y los que más bien creen que es un capricho creepy.