Para La Pylo, el tatuaje es más que arte; es una herramienta terapéutica. Aunque lleva poco tatuaje en su propia piel, encontró en el handpoke (técnica de tatuar a mano, sin máquina) una forma de expresarse y, en cierto modo, de sanarse. A menudo confiesa que le cuesta verse como parte del mundo del tattoo. Quizá por eso, para ella cada tattoo representa algo más allá de la técnica, una conexión profunda que encuentra en el proceso mismo de tatuar.
Su estilo es todo un reflejo de esa sensibilidad única. La Pylo desarrolla un estilo colorido y tierno, donde destacan flores, tonos suaves y toques de flamenco. En cada diseño, se nota la influencia de esas imágenes que le brindan paz y la acercan a sus raíces.
Si algo la inspira, son las cosas que ama ver en el día a día: lo tierno, las romerías, los gestos sencillos y el espíritu del sur.
Entre sus trabajos, uno destaca por encima del resto: el tatuaje que hizo a su pareja actual. Este tattoo tiene un lugar especial en su memoria porque, además de ser uno de sus favoritos, simboliza la conexión profunda que tienen. De hecho, lo que estaba planeado como una sesión breve, se alargó durante horas porque simplemente no podían dejar de hablar. La Pylo admite que ese tattoo no solo marcó a su pareja, sino que fue un momento único de conexión y complicidad para ambos.
Con su estilo floral y suave, La Pylo ha sabido crear un rincón propio en el mundo del tattoo, donde no importa tanto cuántos tattoos lleves en la piel, sino el mensaje y la energía que traes al proceso. Su enfoque en el handpoke, una técnica manual y paciente, refleja el cuidado que pone en cada diseño. Para ella, cada tatuaje es un recordatorio de que el arte en la piel puede ser un refugio y un acto de amor propio.