El estilo japonés es un clásico a prueba del tiempo: nunca pasa de moda. Pero eso no quiere decir que no pueda reinventarse y para demostrarlo tenemos a Gakkin, un artista que ha conseguido darle una vuelta que me ha robado el corazón.
Gakkin fusiona la tradición con elementos modernos. De hecho, sus tattoos parecen obras de arte contemporáneo más que un refrito del Irezumi japonés.
Fue exiliado de Japón a causa a las estrictas normativas en torno a los tatuajes y su relación con la medicina. Sí, como lo oyes. Por irónico que parezca en Japón los tattoos han sido históricamente vinculados con la mafia y otros temitas delicados, y por eso muchxs artistas han decidido irse a trabajar fuera del país.
Lo que le distingue no es solo su dominio de los elementos clásicos de la cultura japonesa, sino su habilidad para combinarlos con otros estilos. De hecho, una de sus apuestas seguras para mezclarlo es el suminagashi.
Por si no te suena, el suminagashi es una técnica artística japonesa que imita los patrones del mármol flotando en agua, creando un efecto fluido que hace que parezca que se mueve sobre la piel.
Aunque Gakkin trabaja principalmente en blanco y negro, de vez en cuando introduce un toque de rojo, y otro sello de identidad es que en lugar de trabajar con stencil opta por el freehand, dibujando directamente sobre el cuerpo sin guías.
Por eso sus bodysuits casi parecen trajes a medida que juegan con la anatomía y los patrones. Si llevara uno, literalmente jamás me vestiría.
Pero si no te atreves con el body, no te preocupes que Gakkin tiene recursos. También se ha metido en el mundo de la moda… Los diseños son igual de chulos y duelen menos ;))
Si te tatuarías con él sin pensarlo y te acabo de crear una necesidad, siento decirte que no será tarea fácil… y eso es parte de su encanto. Gakkin es conocido por ser un artista difícil de encontrar, casi como un mito.
A pesar de ser uno de los tatuadores más solicitados del mundo, su ubicación es un enigma. Dicen que actualmente está en Ámsterdam, pero su estilo de vida nómada lo lleva de un lugar a otro sin previo aviso. Así que, si quieres que te tatúe, necesitarás conocer a alguien que ya haya pasado por su cabina. Que empiece el juego.