La sesión de Inkvitados número 5 arranca con una entrevista a Enry-K, que trae música y energía de sobra. Este productor ha trabajado con nombres como C. Tangana y Yung Beef, pero ahora está en un momento especial. Después de años en estudios y colaboraciones, Enry-K ha decidido probar algo nuevo: tomarse un tiempo para trabajar en solitario, sin compromisos y completamente a su ritmo.
Y lejos de lo que muchxs podrían pensar que es una broma, él lo aclara con determinación:
“Podría hacer un tema pegadísimo con Kiko Rivera”
Para él, el éxito no es cuestión de etiquetas, sino de hacer buena música con quien sea, y su forma de verlo lo convierte en un productor único.
Uno de los recuerdos que Enry-K comparte con más intensidad es una sesión de grabación en el “estudio” de Foyone: literalmente un parking.
En esa ocasión, Foyone estaba escribiendo la letra desde una silla de ruedas y, pese a lo inusual del ambiente, ambos estaban concentrados. Lo que para cualquier otra persona podría haber sido incómodo, para Enry-K y Foyone se convirtió en un espacio creativo único. La música que salió fue increíble, dejando claro que la creatividad, a veces, surge en los sitios más inesperados.
Otra de las experiencias importantes para Enry-K fue trabajar con C. Tangana, a quien describe como una mente muy disciplinada y centrada. Recuerda una sesión donde estaba trabajando en un beat sin terminar cuando Pucho le pidió el archivo para escribir su parte. «Solo llevaba unos segundos del beat, y ya estaba listo para componer encima,” comenta. En ese instante, Tangana se fue a una sala aparte y volvió al rato con su letra ya lista. Esta anécdota dejó una fuerte impresión en Enry-K, quien admite que Tangana le enseñó lo que la disciplina y concentración pueden lograr en la música.
Para Enry-K, su nuevo proyecto, DOT, representa un cambio de enfoque. A lo largo de su carrera, ha asociado sus álbumes a distintos colores: el rosa para un sonido más emocional, el verde para algo enérgico, y ahora el naranja de DOT. «El naranja es una mezcla de madurez y energía,» comenta. Para él, DOT es su manera de decir “punto y seguido” en su trayectoria, un espacio de libertad donde experimentar sin presiones externas. Su interés en el color va más allá de lo estético; es una manera de encapsular sus emociones y de recordarse a sí mismo lo que quiere transmitir con cada proyecto.
La vida laboral de Enry-K comenzó en un trabajo bastante distinto a la música: como camarero. No duró mucho, pero esa experiencia fue suficiente para entender que si no se dedicaba a la música, estaría “vendidísimo.” Sin estudios formales, Enry-K ha forjado su camino en la música desde la práctica y la intuición, descubriendo que su pasión iba más allá de cualquier formación tradicional. “Si dejo de hacer música, estoy perdidísimo,” dice, subrayando el compromiso total que tiene con su carrera como productor. Este camino autodidacta, aunque lleno de retos, también le ha dado la libertad de construir una identidad única sin ataduras académicas.
En medio de la entrevista, surge un tema inesperado: los perros. Enry-K, amante de los animales, fantasea con una app tipo Tinder para pasear perros. “Imagínate que registras a tu perro y haces match con otro dueño para pasear juntos”. Propone con una sonrisa. Incluso bromea con la idea de que su carlino encuentre a su primera novia a través de la app.. Enry-K se despide, pero no sin dejar claro que su próximo paso es uno de independencia y libertad creativa.