¿Qué haces cuando te da un mental breakdown?
Mientras la mayoría de mortales optamos por cortarnos flequillo (y en la mayoría de casos arrepentirnos al segundo), apuntarnos a clase de cerámica o beber por las esquinas, a la élite se le abre un mar de posibilidades.
Y la que eligió Machine Gun Kelly da a entender que su mental no fue precisamente leve… Se tapó todos los tattoos con un blackout. Y no solo por estética, sino que ha sido un acto simbólico.
A fin de cuentas, se dice que los tattoos cuentan nuestra historia… y a veces hace falta cargársela para volver a empezar.
El músico y actor estadounidense, cuyo verdadero nombre es Colson Baker, ha vivido una suerte de transformación espiritual que ha culminado en cabina.
Antes de sumergirse en ella, llevaba la piel decorada a todo color: en su espalda las iniciales «MGK»; justo encima La tentación de San Antonio, la obra de Salvador Dalí. De frente, un símbolo anarquista. Un buen popurrí, vaya.
Y los popurrís a veces llevan al caos… un caos que empezaba a quedarle grande a Colson. Después de vivir al límite durante años, decidió empezar su búsqueda de calma poniendo fin al “desorden” de su cuerpo.
Además, este proceso coincidió con otro cambio significativo en su vida: el lanzamiento de su sencillo Let Me Go. En la canción, canta sobre el dolor que él y su pareja, la actriz Megan Fox, sufrieron tras un aborto espontáneo en 2021. Confesó incluso haber tenido instintos suicidas.
Cuando te lanzas con un proyecto tan personal como ese, no puedes confiar en cualquiera. Y él desde luego no lo hizo. El blackout de Machine Gun Kelly es obra de ROXX, una de las referentes del blackout a nivel mundial. Y es que el suyo no es un blackout cualquiera: juega con las formas del cuerpo humano al tatuar, combinando la tinta negra con patrones geométricos. Se la conoce por conseguir fusionar la emoción interna con el diseño externo, así que era ideal para el reto.
Machine le pidió a Roxx una «consulta espiritual» y a partir de ahí todo fue rodado. En palabras de ella misma, «nunca conocí a un tipo más duro». Y yo tampoco, porque aguantó como un señor las 13 sesiones de 6 horas (cada una) hasta terminar el tattoo. Ah, e hicieron falta 44 agujas para conseguirlo.
Además, su tattoo no solo refleja un cambio personal, sino que probablemente también tenga que ver con un cambio artístico. En su carrera ha experimentado con diferentes géneros, desde el rap hasta el pop punk, y todo apunta a que podríamos estar cerca del inicio de una nueva era musical.
El blackout de Machine Gun Kelly representa un nuevo comienzo, una oportunidad de alinear su «yo» interior con su aspecto físico. Ahora tiene un lienzo en blanco —o negro, mejor dicho— sobre el que escribir lo que quiera.