Porque es visible… pero íntima.
Porque a veces necesitas recordar algo cada vez que mires tu mano.
Porque la muñeca es un lugar frágil, como ciertas historias.
Hay rosas que se regalan.
Y hay otras que se clavan donde más duele (y sanan desde ahí).
Cuéntanos tu idea y te conectamos con la artista ideal en Tattoox.