A veces no basta con una palabra.
Ni con una fecha.
Ni siquiera con una imagen.
A veces, lo que une a una familia cabe en una frase. De esas que no gritan, pero se quedan contigo. Que te hacen cerrar los ojos y decir: sí, esto es lo que siento.
Y llevar esa frase tatuada es convertirla en parte de tu piel. Como si el amor, el dolor o la ausencia de alguien pudiera escribirse en tinta.
Porque hay vínculos que no se explican.
Solo se sienten.
Un tatuaje de familia con frase puede ser un homenaje.
O una despedida.
O un ancla para no perderte cuando todo parece moverse.
Y lo mejor es que no necesitas una gran pieza. Solo una frase que te toque, que te diga algo cada vez que la mires. O que no la mires, pero sepas que está.
Si quieres ver otras ideas más allá de las frases, echa un vistazo a nuestro artículo sobre tatuajes de familia con historia y simbolismo. Tinta que va más allá del diseño.
No siempre hace falta escribir un testamento.
A veces, cuatro palabras bastan:
Si lo tuyo es contar la historia completa, aquí van algunas ideas con más aire:
Elige el lugar según lo que quieras que diga (incluso sin hablar):
Aquí no hay normas, pero hay sensaciones:
No pasa nada.
A veces la encuentras un día cualquiera.
En una carta.
En una conversación.
En algo que dijiste y no sabías que era tan importante.
Lo esencial no es que sea original.
Es que sea tuya.
Echa un vistazo a estos:
Cuéntanosla en los comentarios. Porque a veces escribirla… también es empezar a sanar.