La civilización maya surgió en el sureste de México por allá en el 750 AC, a la vez que la romana (por fuerte que parezca). Desarrollaron el sistema de escritura más sofisticado de todos los pueblos americanos, que combinaba ideogramas –símbolos que daban valor a ideas– y fonogramas –a sílabas–. Y esto te sonará: gracias a su conocimiento del “número cero” podían hacer cálculos extremadamente exactos, que predecían el movimiento de los astros y… el fin del mundo. ¿Acabas de tener un déjà vu del 2012? Qué día aquel 12 de diciembre.
En ocasiones, la incultura provoca que confundamos conceptos que poco tienen que ver el uno con el otro. Sucede con las llamas y las alpacas, por ejemplo, y también con el Reino Unido e Inglaterra (no, nosotros tampoco somos capaces de diferenciarlos jamás). Es algo que ocurre con las culturas maya y la azteca, que es fácil hacerse un lío.
Una guía rápida: Los aztecas surgieron en el centro de México; primera diferencia. Cuando llegaron a expandirse del todo (en el año 1300), los mayas llevaban ya 400 años en danza en su período clásico… Además, su imperio duró poco más de 200 años. El día y la noche, ya ves.
Si eliges al imperio ganador para ser protagonista de tu tattoo, te recomendamos el brazo como zona a tatuar. Es poco dolorosa y admite diseños de lo más variopintos, por no hablar de las manga brutal que podrías hacerte empezando ya de ya. Si lo ves too much, opta por un brazalete: más discretito pero igual de ancestral.
Los mayas eran politeístas. Por si nunca has estudiado religión en la escuela, te aclaramos que eso significa que creen en múltiples dioses. Es decir, lo opuesto al cristianismo, que es monoteísta. Aunque los textos mayas originales fueron quemados por los españoles durante la aventurita de Colón (muy majo él, ya se sabe), todavía hay relatos que cuentan cómo explicaban los fenómenos naturales a través de sus deidades.
Una de las más importantes es Quetzalcóatl (serpiente de plumas preciosas), dios de la vida y de la luz que, según los escritos, fue uno de los creadores del todo. Su aspecto podría estar inspirado en el quetzal, un ave de color esmeralda vibrante cuyas plumas se usaban para adornar las ropas de los reyes. Si la historia ya es chula, el tattoo ni te cuento.
Otro símbolo sagrado del que ya hemos hablado antes (y que nos da un poco de yuyu) es el calendario, una línea temporal cíclica que combina tres cuentas en sincronía. Mientras no nos de malas noticias, todo bien. En formato tatuaje no parece ser peligroso, o al menos no tenemos constancia de la existencia de rituales sagrados relacionados con su versión en tinta.
Hay innumerables símbolos mayas que puedes tatuarte. El de la familia, para llevar a tus seres queridos siempre contigo, o el Hunab-Ku (principio rector divino) para representar el amor eterno. Esta gente era muy profunda, casi como tú cuando bebes un par de copas y te pones a reflexionar sobre tu propia existencia.
Si eres mujer y leyendo esta entrada te han entrado todos los males porque solo ves piezas potentes y tú prefieres diseños menos llamativos, llegamos al rescate. Aunque la maya es una cultura grandiosa con un legado de lo más valioso para la historia, eso no quiere decir que no pueda representarse en dimensión mini.
A continuación tienes la prueba de que no hace falta pasar por grandes sacrificios bajo la aguja ¿dentro chiste de padre? para adentrarte de lleno en esta fascinante civilización.
fuente de imágenes: pinterest
Los mayas eran politeístas. Por si nunca has estudiado religión en la escuela, te aclaramos que eso significa que creen en múltiples dioses. Es decir, lo opuesto al cristianismo, que es monoteísta. Aunque los textos mayas originales fueron quemados por los españoles durante la aventurita de Colón (muy majo él, ya se sabe), todavía hay relatos que cuentan cómo explicaban los fenómenos naturales a través de sus deidades.
Una de las más importantes es Quetzalcóatl (serpiente de plumas preciosas), dios de la vida y de la luz que, según los escritos, fue uno de los creadores del todo. Su aspecto podría estar inspirado en el quetzal, un ave de color esmeralda vibrante cuyas plumas se usaban para adornar las ropas de los reyes. Si la historia ya es chula, el tattoo ni te cuento.
Otro símbolo sagrado del que ya hemos hablado antes (y que nos da un poco de yuyu) es el calendario, una línea temporal cíclica que combina tres cuentas en sincronía. Mientras no nos de malas noticias, todo bien. En formato tatuaje no parece ser peligroso, o al menos no tenemos constancia de la existencia de rituales sagrados relacionados con su versión en tinta.
Hay innumerables símbolos mayas que puedes tatuarte. El de la familia, para llevar a tus seres queridos siempre contigo, o el Hunab-Ku (principio rector divino) para representar el amor eterno. Esta gente era muy profunda, casi como tú cuando bebes un par de copas y te pones a reflexionar sobre tu propia existencia.
Si eres mujer y leyendo esta entrada te han entrado todos los males porque solo ves piezas potentes y tú prefieres diseños menos llamativos, llegamos al rescate. Aunque la maya es una cultura grandiosa con un legado de lo más valioso para la historia, eso no quiere decir que no pueda representarse en dimensión mini.
A continuación tienes la prueba de que no hace falta pasar por grandes sacrificios bajo la aguja ¿dentro chiste de padre? para adentrarte de lleno en esta fascinante civilización.
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