Según la mitología griega, Medusa era la única mortal de las tres hermanas Gorgonas. Recubierta de piel de reptil, convertía en piedra a todo aquel que se atreviese a mirarla a los ojos, haciendo uso de las serpientes que conformaban sus cabellos. ¿Que cómo murió? Decapitada por Perseo, que le regaló su cabeza a la diosa Atenea para que decorase su escudo. Un poco gore, la verdad. Estos griegos…
Como te aseguramos que no te va a convertir en piedra es en forma de tinta. Hacerte un tatuaje de Medusa es totalmente inofensivo, te lo decimos por experiencia, y además su curiosa cabeza (decapitada o no) permite diseñar piezas muy interesantes.
Por muy compleja que sea la historia de este ser mitológico, tu tatuaje de medusa no tiene porqué ser recargado: el minimalismo pega con todo, incluso con una cabeza llena de serpientes.
Si lo quieres un pelín más elaborado, siempre puedes mantenerlo pequeño y añadir un poco más de detalle a través del estilo microrealista, uno de los favoritos del momento. Y si no te acaba de encajar, ya lo sabes: el clásico blackwork nunca falla, como una chupa de cuero nunca dejará de ser la chaqueta perfecta para cualquier ocasión.
La historia de Medusa tiene una parte trágica que pocos conocen: fue violada por Poseidón, el dios del Mar, cuando todavía era una encantadora sacerdotisa viviendo en el templo de Atenea. Tras el suceso, la doncella que era desapareció para siempre en manos de la diosa, que la transformó en un ser con atributos de reptil con un poder inmenso en su cabellera.
Este triste significado es el que le dan muchas mujeres que han sufrido abusos o violaciones, que al plasmarla en su piel buscan dejar una marca eterna del dolor que padecieron que las diferencie como supervivientes. Representa la furia y la rabia del género femenino en situaciones injustas y su afán de superación.
A pesar de que la connotación femenina del tatuaje de Medusa es innegable, no te rayes si eres hombre y quieres llevarla en la piel. Amantes de la mitología griega que sintáis devoción por este ser petrificador, no desesperéis: también tenemos propuestas para vosotros. Tanto si os gustan los diseños un poco más oscuros, en blackwork, como si preferís las líneas verosímiles del realismo –o si queréis darle un poco más de vidilla añadiendo color– os tenemos cubiertos con las ideas que os dejamos a continuación.
Imagínate cómo quedaría la cabeza de Medusa en tu pecho, con su peluca hecha de serpientes esparciéndose de forma simétrica hasta tus hombros. Un proyecto brutal que ya nos han pedido alguna vez y que sin duda no dejará indiferente a nadie que te vea luciéndolo en la playa. O bien, si lo ves too much, recurre a la vieja confiable: el brazo. Poco doloro y visible pero fácilmente cubrible si es necesario hacerlo. Es un plan sin taras.
Como ya hemos dicho, Medusa es un símbolo de poder, lucha y valentía.
Más allá de eso, como Atenea puso su cabeza en su escudo como símbolo protector, también puede funcionar como amuleto ante la adversidad. No tenemos constancia de que funcione, pero oye, el efecto placebo existe, así que por intentarlo no se pierde nada.
Además, más allá de su utilidad, su hipnotizante valor estético ya nos parece suficiente para pasar por la cabina y entregarse a la aguja. Una reconocida (y muy cara) marca de lujo, Versace, la tiene en su logo acompañada de una cenefa griega muy chula.
Ahora la pelota está en tu tejado, mortal. Si nos lo pides, te conseguiremos un tatuaje digno de dioses.
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