¿Crees que una vez que te tatúas un blackout ya no hay vuelta atrás? Pues todavía puedes liarla más. Te presentamos el whiteover: la solución a mucha tinta es MÁS TINTA. Pero blanca.
El whiteover es una técnica que usa tinta blanca para romper la monotonía del blackout y darle un toque de contraste. Las líneas tienen que ser simples y con mucho pigmento para que se vean bien sobre el negro, y a veces toca repasarlas cada x tiempo para que puedan mantenerse visibles.
Los diseños son infinitos, aunque lo que más solemos ver son ornamentales y patrones geométricos.
Sé que te han entrado ganas de hacerte uno, pero si hace nada que te has hecho un blackout ni te lo plantees. Primero tiene que estar completamente curado. Si no, prepárate para que se te infecte. Sabemos que es un palo, pero la paciencia aquí es clave para asegurar un buen resultado.
El whiteover es super versátil. Un buen ejemplo de ello es el curro de la tatuadora americana Jessi Manchester (@jessimanchester), que le ha dado una vuelta personal que nos encanta. El truco es que ella misma es quien hace el blackout de fondo pero rellena algunas zonas en gris en vez de negro para que el blanco destaque más encima y así dar más profundidad. Una genia, simplemente.
Ya lo ves: cuando crees que el tattoo ya te lo ha dado todo, te sorprende. Así que tranqui, que si te cansas de tus tattoos siempre puedes recurrir el blackout… y si te cansas del blackout, siempre quedará el whiteover como última oportunidad;)