Si estás metidx en el mundo del tattoo, seguro que has visto diseños como estos por todo Internet. Pero, ¿sabías que este estilo es mucho más antiguo de lo que parece?
El suminagashi es una técnica artística procedente de Japón que imita los patrones abstractos del mármol natural. Se originó en el siglo XII y se han hecho varias afirmaciones sobre sus orígenes. Una de las conjeturas es que la adoptaron monjes japoneses que habían peregrinado a China, tanto para elaborar escrituras y documentos como para crear composiciones ornamentales. También se dice que pudo haber derivado de una forma primitiva de la necromancia, un tipo de adivinación divina del futuro a través de la tinta.
Hay otras teorías que se ven enmarcadas por leyendas e historias llenas de magia, espiritualidad y tradición pero, en cualquier caso, no existe certeza de ninguna de estas suposiciones.
En la pintura japonesa, se dejan caer gotas de tinta en agua y luego se manipula suavemente para crear una sensación de movimiento, que queda impregnada en el papel al sumergirlo. De hecho, su nombre significa literalmente “tinta flotante”.
Después de muchos años, en pleno siglo XXI, esta especie de dibujo acuoso se ha adaptado al tatuaje. El estilo suminiagashi se caracteriza por usar líneas curvas y fluidas parecidas a manchas o remolinos que fluyen por la piel. Aunque aparenten tatuajes de diseño sencillo, es una técnica muy versátil que permite jugar con la perspectiva y la distorsión del propio cuerpo a través del dibujo. Es un muy buen recurso para hacer fondos en blackwork o rellenar un brazo sin recurrir al blackout. Además, no requiere pensar mucho en el diseño —como sí ocurre en los tattoos figurativos—.
Aunque el suminagashi funciona mejor en tatuajes grandes —ocupando todo el brazo o incluso en un bodysuit—, también puede encajar en zonas más pequeñas y adaptarse a cualquier parte del cuerpo. Incluso los hay “enmarcados” sobre la piel, creando el dibujo dentro de un rectángulo o cualquier otra forma. Lo interesante de estas composiciones es el contraste entre la fluidez de la tinta flotante y la rigidez de la forma geométrica.
Este estilo se ha popularizado mucho en los últimos años y es una de las principales demandas en el mundo del tattoo. Hay quienes opinan que se trata de una moda sin sentido ni significado dentro del mundo del tattoo; otros dicen que se trata de una nueva tendencia que acabará convirtiéndose en clásico, como sucedió con los mandala años atrás o los tribales en los 2000. Sea como sea una cosa está clara: cada vez hay más liquid en nuestras pieles.